12 de marzo de 2007

¿Fin de la estabilidad?

¿Fin de la estabilidad?

Otro día más, es un continuo, cada mañana lo mismo, en el instituto las peleas de siempre, llego a casa y la bronca de toda la vida, tengo que estudiar mil horas, ya es la costumbre, y finalmente me desahogo en el gimnasio, vuelta a la cama a esperar que empiece de nuevo la rutina de ayer, anteayer, el año pasado… No sé cuánto tiempo llevare así, es verdad que los sitios cambian, la gente cambia, pero la esencia se mantiene en la misma monótona rutina, aun si fuera bella lo aceptaría, pero es que solo puedo intentar no caer en la negrura de mi mente, no tengo tiempo para intentar ser feliz.

El sol entra por la ventana mientras me despierto en este nuevo día, parece que quiera hacerme sufrir con su brillo, hace años que le abandone y parece que aun sigue resentido con ello, no entiende que no es mi elección estar encerrado en esta monotonía. Ya no me acuerdo ni de lo que se sentía corriendo bajo esos cálidos rayos… hace mucho que no puedo disfrutar de mi tiempo, todo lo tengo programado.

Ahora tengo que ir al instituto, por el camino oye el ruido del viento mecer las hojas de los arboles, en los cuales decenas de pájaros están celebrando la llegada de la primavera, como me gustaría por irme por el bosque aunque fuera una vez en mi vida. Lo tengo aquí a mi lado, un par de pasos y estoy en él, pero no debo, mi obligación es ir hacia la jaula. Con los rayos del sol calentándole el pelo y la música de los pájaros en la cabeza, me dirigí hacia la cárcel.

Na mas llego me siento y apoyó la cabeza en la mesa, ahora solo me queda esperar a que llegue el profesor y los compañeros… espero que hoy pasen de mí. Oigo la puerta, ya han llegado. No me dicen nada, me alegro. Pasan dos horas y llega finalmente el recreo la gran tortura de todos los días. Se empieza a oír como ellos se acercan, los de siempre, y como si yo no fuera nadie empiezan a insultarme, a golpearme… Sinceramente me estoy cansado de esto, con la fuerza que tengo y me dejo avasallar, pero no debo hacer nada mal, tengo que seguir lo planeado… Un puñetazo en la cara me devolvió a la realidad, era la primera vez que me pegaban así de fuerte, una sensación caliente se expande por mi boca, sangre… Ya me canse, a la mierda toda formalidad, a tomar por culo el horario, no soporto mas ser el juguete de la gente, esto se acaba hoy, y se acabara a lo grande, les voy a devolver lo que tantos años me han estado dando, sufrimiento.

Me levante de la silla y me encare contra el que había hecho colmar finalmente el vaso, antes que nada le di las gracias, se me quedo mirando con una sonrisa de oreja a oreja. Le arreé un puñetazo en plena sonrisa, no le dio tiempo a reaccionar, se vio un par de objetos blancos en el aire, pero enseguida cambiaron de color debido a la sangre que cubría el rostro hinchado. Cayo como un peso muerto no me importo, me gire hacia los demás integrantes del grupo

-A vosotros también os tengo que dar las gracias, por todo lo que habéis hecho por mí estos años.

De un dolio hice que uno de ellos se estrellara a gran velocidad contra la ventana, el cristal se rompió al instante, y le corto la cara, ese tendría un buen recuerdo mío durante toda su vida. Los otros dos se dirigían corriendo hacia la puerta pero no les iba a dejar escapar, de un empujón, una mesa se empotro contra la puerta de salida. Se les veía desesperados ya que eran incapaces de saltarla, me acerque a ellos. Como gatos acorralados atacaron sin pensar, como si fueran solo niños me defendí de sus ataques rompiéndoles el brazo, por ultimo les deje sin respiración de un puñetazo en plena boca del estomago. No valía la pena seguir golpeándoles, de una patada aparte la mesa que bloqueaba el camino y salí del edificio. Unos profesores iban corriendo hacia el edificio, y como siempre pasaron a mi lado sin hacerme caso. Llegue a la verja y salte sin problemas, me dirigí hacia el bosque, por el camino oí unas sirenas.

Una vez en el bosque me pase todo el día rondando, escalando, corriendo. Fue el mejor día de mi vida. Nunca pude hacer lo que quería y hoy aproveche el día al máximo. Finalmente tuve que volver a casa, al fin y al cabo había herido gravemente a esos cabrones, y me merecía el castigo… Acabe llegando a casa a las once de las noche, mis padres no me dirigieron la palabra, me acosté en la cama.

Al día siguiente, empezó como cualquier otro pero esta vez al bajar de casa me encontré un coche de la policía, parece que alguien les había avisado que estaba ya en casa…

Me condenaron a 2 años en el reformatorio por agresión con agravantes a cuatro menores. La verdad es que nada ha cambiado, solo estoy en otro lugar con otra gente

Hoy al fin han terminado los dos años, no lo he pasado tan mal como cabía esperar, ha sido simplemente otra temporada de monotonía. El carcelero ya está en la puerta, me lleva al lugar donde me deben dar mis objetos personales, un reloj, un colgante, ropa de calle, y veinte euros. Me vestí en un momento y me dirigí a la salida, no había nadie, ya me lo esperaba… Mis padres no habían pasado ni una sola vez en estos dos años por el reformatorio y no tenía amigos, tendría que empezar de cero, pero esta vez haría lo que él quisiera. Primeramente me dirigí al banco, ya era mayor de edad así que podía hacerme cargo de mi cartilla, pude ver que tenía dos mil euros, todo lo que había ganado el último verano que había estado al aire libre.

Me fui a una cafetería y cogí el periódico vi el anuncio de un piso de treinta metros cuadrados, sería suficiente para empezar con una nueva vida. Llame al anunciante y me dirigí al piso era pequeño y modesto pero era de mi gusto.

-Es pequeño señor pero para solteros está bien aunque no creo que pueda hacer alguna fiesta aquí.
-No se preocupe es el piso perfecto para mi situación

Firme sin más miramientos el contrato, esto era el fin de mi vida anterior, acabo de abrir la puerta a una nueva vida


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